03 agosto, 2007

Ese sueño...

Click, Clack... Click, Clack... Click, Clack...
Golpeteo constante e intermitente refulgía en mi cabeza, incesantemente, como si las gotas de agua que presumían ser las autoras de tal agobiante traqueteo pudieran estar burlándose de mi ... pero me gustaba... en cierta manera sentía que había vida fuera de aquella habitación luctuosa, y eso me reconfortaba.
Un sudor frío y cortante escurría por mi frente, respiración entrecortada sin motivo descubierto, desperté... desperté? Sentía pesadez en mis piernas todavía jóvenes, como si hubiera despertado de un sueño agrio y centenario. Un pesar azoraba mi corazón, pero la causa no la encontraba. Estaría perdiendo lucidez? Mi madre siempre me había dicho que daba muchas vueltas a todo, que usaba demasiado el pensamiento, que mi cabeza no aguantaría tanto trajín. Sería eso lo que me ocurría?
Click, Clack... Click, Clack... Click, Clack... No podía más conservar el sueño así que me incorporé en mi lecho y alcancé a divisar en mi derredor. Ladeé fuértemente la cabeza pues pensaba que todavía no había salido de mi ensoñación, qué habitación era aquella? Ornamentada con viejos cuadros de damiselas y caballeros de épocas muy pasadas, y la cama? Ésta no era mi cama, las sábanas estaban fabricadas de suave lino ignoto en mi ciudad, en sí el lecho sobre el que reposaba parecía salido de la descripción minuciosa que había leido en un libro clásico... cuándo? ya ni recordaba mi última asistencia escolar, pues últimamente faltaba bastante, al principio por hastío pero luego imperó la costumbre a la cual no le puse mucha resistencia, si mi madre supiera?
No conseguía salír de mi ensimismamiento, aturdida por lo que me ocurría intenté recordar mi nombre, mi edad, los datos de mis padres, amigos y conocidos, todo ello con el claro propósito de poner a prueba mis recuerdos. Todo normal, ningún titubeo mientras urgaba en los recovecos de mi mente, pero entonces dónde estaba? Frente a mi había un espejo típico del siglo pasado que jamás lo había visto en mi casa, y frente a mi mi imagen reflejada, tardé a reconocerla pues tampoco parecía yo, vestía un camisón fino y semitransparente nada actual, mi pelo sustentaba un recogido harto complicado, formado por miles de trenzas echas con pelo que dudaba fuera mío, pues era demasiado profuso. A pesar de ir desaliñada ya que acababa de despertarme, pude comprobar en medio de todo mi desconcierto que me sentía hermosa, era yo la de la imagen, sí, pero vestida y peinada como si fuera a un carnaval. Me levanté como pude resistiéndome a la pesadez que enturbiaba mis piernas, sentí un suave mareo cuando lo conseguí así que tuve que asir el cordón que colgando del techo parecía servir para descorrer la cortinilla que tapaba la cama. Como no, tampoco ese cordón ni esa tela a modo de mosquitera habían estado nunca allí, ya empezaba a dudar de que estuviera en mi casa y de que realmete hubiera sido objeto de algún secuestro. Mi mente ya estaba funcionando y buscando una posible salida racional a todo ésto como era de costumbre, pero como no la encontraba pensé que quizás sería mejor fuera rebuscando por cajones, otras habitaciones... por si al menos pudiera reconocer algo y ésto pudiera servirme de asidero a la realidad.
Cuatro pasos más y abrí la puerta de aquel dormitorio, la poca esperanza que me quedaba de que el resto de la casa pudiera decirme algo se fué al garete en segundos. El pasillo que contemplaban mis ojos era largísimo, vestido con una sobria alfombra estilo persa, cuan largo era el corredor, me invitaba a seguirlo. Éste quedaba dividido por ambos lados y en todo su recorrido por puertas misteriosas. Pero al final del mismo, en línea recta, un amplio ventanal cercado por varas de fierro parecía decirme que fuera hasta allí, qué ocurriría al otro lado de aquella ventana para tener tal imperiosa necesidad de seguir caminando?
Casi arrastrando mis piernas llegué como pude, conforme había avanzado y a cada puerta que iba dejando atrás, mi miedo aumentaba poco a poco, casi hasta el punto de llegar a pensar en que iba a expirar allí mismo, pues conforme ganaba terreno aquel miedo, mi respiración cada vez era más dificultuosa. A cada puerta que pasaba sentía que algo detrás me llamaba, cada puerta que dejaba atrás creaba un nuevo ruido en aquel angustioso ambiente, y yo sin ver salida alguna, pues estaba cercada en un estrecho pasillo del cual tan solo había desconocimiento a lo que podían albergar aquellas habitaciones... No necesita más para darme cuenta que no estaba en mi hogar, que aquel lugar era un enorme castillo, pero qué carajo pintaba el mismo en pleno centro de Madrid?
Pasaron varios minutos cuando llegué a aquella ventana, no me atrevía a asomarme pues tenía una clara convicción de que no iba a gustarme lo que fuera a ver. Me agarré suavemente a uno de sus barrotes, allí al otro lado... allí al otro lado estaba mi realidad, el salón añorado en el que mis hermanos disfrutaban jugando, y mi madre se disponía como de costumbre a hacer la cena. Nadie parecía percatarse de mi ausencia... Esa angustia mortal que arrastraba desde que me levanté de aquella cama... esa angustia creció en ese momento de tal forma... de tal forma... me faltaba el aire... tan solo una simple palabra alcancé a decir, me faltaba el aire y la fuerza para decirla con fuerza, cualquier esfuerzo era en vano... mamá...
Click, Clack... Click, Clack... Click, Clack...
Me despertaron la insistencia del golpeteo en el alféizar de aquellas gotas, reveladoras de que aquella noche había llovido. Me dolía la cabeza como nunca, era sábado y no tenía ninguna obligación así que resolví levantarme e ir a la cocina, el suave aroma del café recién echo me llamaba... algo raro me pasaba, me sentía aturdida por el sueño que tuviera en la noche, no recordaba nada pero sabía con total seguridad que el mismo se repetiría en las próximas veces, desde hacía unos meses ese sueño que sólo recordaba cuando dormía se repetía... como podría traerlo a mi realidad ... Sólo sabía que cada mañana me despertaba con angustia por querer recordar lo soñado, como si mi vida se fuera en ello, pero aquella empresa parecía imposible...